¡Ya has llegado!

Bienvenido o bienvenida a Despierta tu Origen.

En primer lugar, queremos darte las gracias. Gracias por dedicarnos el regalo más valioso que puedes darnos: tu tiempo.

Queremos que disfrutes, aprendas, observes y compartas junto a nosotros.
Pero antes de comenzar, te hacemos una pregunta:

 

Despierta tu Origen, ¿qué te sugiere este nombre?

Así es, despierta tu niño interior. El origen de cada persona.

Quizá te hayas ido bastantes años atrás y estés pensando en tus antepasados. Ellos también influyeron en lo que hoy somos y en nuestra forma de comportarnos. Dejaron su huella, sus vivencias y experiencias que hoy en día, aún nos siguen acompañando.

Sin embargo, en este caso, no nos vamos tan lejos.

El protagonista eres tú.

Y más concretamente, el niño que llevas dentro.

 

¿Qué recuerdas de tu infancia?

Párate a pensar en aquello que recuerdas de tu infancia. Los primeros tres momentos que te vengan a la cabeza.

¡Tienes 1 minuto!

¿Una sonrisa se ha asomado en tu rostro?

En muchas ocasiones, cuando nos trasladamos a nuestra niñez, surgen en nuestra cabeza recuerdos en familia, jugando con amigos, travesuras….
Riñas con nuestros hermanos que se olvidaban pasados dos segundos y muchas aventuras. Vacaciones en el pueblo o en la playa.
La primera vez que montamos en bicicleta o que aprendimos a nadar.
La colección de chapas, caballeros o muñecas.
Hasta unas piedras podían esconder grandes secretos y una cuerda ser nuestra mejor aliada.

¿Qué harías exactamente ahora si te doy una cuerda, arena o una piedra y te pido que juegues con ella durante una hora?

¿Crees que aguantarías más de diez minutos divirtiéndote?

¿Y si te propongo aprender a hacer algo por primera vez? ¿Te imaginas ahora aprendiendo a montar en bici?

 

Despierta tu niño interior

Cuando somos niños, somos un manantial inagotable de entusiasmo y creatividad.

Cualquier actividad nos divierte y permite vivir una verdadera aventura.

¡Nos dejamos sorprender y nos permitimos preguntar!

Con los años nos hacemos adultos, las responsabilidades se adueñan de nosotros y olvidamos dedicar un espacio de tiempo a jugar…

…a explorar…

…a experimentar…

¡A dejarnos llevar y disfrutar sin reparo!

 

Parece que nos gusta ponernos límites y pensar en lo próximo que tenemos que hacer, en lugar de centrarnos en lo que estamos haciendo o viviendo.
En aquellos que nos rodean.
Está claro que ser adulto conlleva ciertas responsabilidades, pero también muchas ventajas.

Tú decides lo que comes; tú decides con quién te vas de vacaciones; tú decides si te apuntas al gimnasio o a teatro; tú decides dónde vivir, etc.

¿Te imaginas ser capaz de poder elegir todo como un adulto y disfrutarlo como un niño?

 

Somos únicos

Al nacer, nuestro cerebro no es una hoja en blanco preparada para ser completada en base a nuestra cultura y experiencias. Existe una parte que ya viene programada con muchos aspectos de nuestro carácter.

Ello indica que parte del camino recorrido y el punto en el que te encuentras ha sido guiado por ti mismo.

Por supuesto, otra parte la completan aquellos que nos rodean junto a nuestras vivencias.

El primer paso para despertar a tu niño interior es aprender a conocerte a ti mismo.

Para entender tus reacciones frente a todo aquello que te rodea, necesitas entender tu origen y tu historia de vida.

Eres único y por tanto, tu forma de percibir la realidad nunca va a ser igual a la de otra persona.

Por mucho que así lo creas.

 

Empieza a comprenderte, despertar tu niño interior y disfrutar un poco más cada día.

¡Esto solo acaba de empezar!